“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa, el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes, pero no amigos. Lo que los periodistas pueden ejercer, y a través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo, lo más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y a todos. Echar sal en la herida y guijarros en el zapato. Ver y decir el lado malo de cada cosa, que del lado bueno se encarga la oficina de prensa”
Horacio Verbitsky, periodista y escritor argentino
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sábado, 4 de junio de 2016

"Lo que entierran no son huesos...son las semillas que van creciendo", es el título de un interesante artículo sobre Educación publicado en "LA REA" del mes de abril escrito por la historiadora Carmen M. Tomás Ortuño.


    Desde que leí este artículo firmado por Clíophenia,  he estado buscando un hueco para publicarlo. Es muy bueno. Habla de Educación  y esta escrito sin acritud, de forma didáctica  y esta muy bien documentado. Les aconsejo su lectura a los que todavía no lo hayan leído. Dice su autora que Virtu Navarro, la Archivera  Municipal,  le faciltó mucha ayuda para elaborarlo. Le pedí a Vicent S. Rius que me averiguara quien estaba detrás de Clíophenia. Me llamó al día siguiente para decirme de quien se trataba. Se llama Carmen M. Tomás Ortuño y es hija de mi prima Santi,  mujer que siempre anda ayudando, entre bastidores, a sus compañeras de la Asociación de Mujeres de Santa Barbara cuando ponen en escena una obra de Teatro.

Carmen es Licenciada en Historia y nos cuenta en este artículo aspectos muy interesantes sobre la Educación en tiempos de la  II República. Lo que no le perdono es que siendo una chica tan guapa se haya negado en redondo a mandarme una fotografía para que ustedes la conocieran. La próxima vez no se saldrá con la suya. Buscando en la red, a través de Clíophenia, he encontrado como define Carmen la Historia:

       "La historia es ciencia del hombre; y también de los hechos, sí. Pero de los hechos humanos. La tarea del historiador: volver a encontrar a los hombres que han vivido los hechos y a los que, más tarde, se alojaron en ellos para interpretarlos en cada caso.  Y también los textos. Pero se trata de textos humanos. Las mismas palabras que los forman están repletas de sustancia humana. Todos tienen su historia, suenan de forma diferente según los tiempos e incluso si designan objetos materiales; sólo excepcionalmente significan realidad idénticas; cualidades iguales o equivalentes".
   
"....Al plantearme escribir un artículo sobre la II República Española, me vino a la cabeza una pregunta que siempre me hago cuando leo o estudio sobre este período de cambios tan progresistas y de aspiraciones, en algunos casos, casi utópicas y también de sueños rotos que se tornaron en pesadillas con la Guerra Civil y el franquismo: ¿Qué hubiera ocurrido si…?. Aunque es un ejercicio mental lleno de elucubraciones, a veces es necesario echar la vista atrás y atender a las enseñanzas que nos brinda la propia Historia.

 En una época, la actual, en la que, año tras año, los famosos informes PISA sobre educación dejan por debajo de la media nuestro sistema educativo y ensalzan pedagogías como la finlandesa, no sólo tenemos que hacer una lectura del problema en presente (los numerosos cambios de ley, la falta de acuerdo entre los grupos políticos, no atender a las demandas de los docentes, etc…), sino también tomar nota del legado de un grupo de maestros y maestras republicanos que vieron truncada su labor, expectativas e incluso su vida por una cruel guerra civil y una brutal represión posterior por parte de un régimen que los convirtió en objetivo de purga y destruyó toda su obra.

 La misión de unos docentes que tenían como objetivo sacar a España de la miseria y el analfabetismo trastocando todo el sistema social, político e ideológico se ve cercenada por la reacción ultraconservadora. Pero, ¿estaba el país preparado para esta revolución? ¿Qué hubiera ocurrido.

si la República se hubiera consolidado? ¿Se truncó con el conflicto y los años de dictadura la posibilidad de colocar a España a la vanguardia de la educación europea y, con ello, su propio desarrollo? Demasiadas preguntas sin respuesta…

Como homenaje a esos hombres y mujeres que lucharon por mejorar este país y sacar al pueblo del ostracismo, despertando su conciencia y capacidad crítica, en una época dura y conflictiva, he decidido realizar este artículo, porque no debemos olvidar su legado ni su Memoria, porque “para poder pasar página, primero hay que leerla”.
Con la proclamación de la II República se comenzó a aplicar todo un programa reformista que tenía en la enseñanza uno de sus pilares programáticos. Hasta ese momento, la enseñanza pública se limitaba a  “las 4 reglas y a leer y escribir”, en aulas donde la disciplina, la jerarquía y la educación sexista y separada estaban al orden del día. 

 En una España con altas tasas de analfabetismo y con más de un millón de niños por escolarizar, el gobierno republicano puso en marcha un plan que abarcaba: la creación de numerosas escuelas y bibliotecas, un nuevo modelo de escuela única, pública, obligatoria, gratuita y, con gran escándalo para la época, también laica y mixta (coeducación). 

También se fundó el Patronato de Misiones Pedagógicas para poder extender la enseñanza a los adultos y a las zonas rurales. Paralelamente, se llevó a cabo todo un programa de renovación pedagógica y formativo de los maestros, a los que se otorgó un nuevo papel en la sociedad, como elemento fundamental para la construcción de los ideales democráticos y republicanos (y así lo entendieron perfectamente el régimen franquista y la Iglesia, centrando en ellos su afán represor). Estos programas los convertirán en una de las mejores generaciones de docentes que haya tenido España en toda su historia.

El plan renovador educativo estaba basado en tres programas ya existentes: La Institución Libre de Enseñanza, La Escuela Moderna y La Escuela Nueva. Aunando sus programas, podríamos resumirlos en que todos tenían como objetivo principal el formar a personas librepensadoras y protagonistas de su propio aprendizaje, con una didáctica que fomentaba el estudio al aire libre y el amor al entorno natural. Por supuesto, la relación poder-sumisión que existía antes entre maestro y alumno debía desaparecer.

Dos de los asuntos que más polémica causaron fueron:
           -La coeducación en clases mixtas para niños y niñas.
           
-Y la supresión de la obligatoriedad de la asignatura de religión (problema todavía no resuelto) y la  retirada de los crucifijos de los colegios. De este gran escándalo tenemos constancia en nuestra localidad gracias a lo registrado en las “Actas del Consejo Local de Primera Enseñanza” conservadas en el Archivo Municipal de Caudete, en las que podemos leer como una maestra hace saber al Consejo el “trauma que supone para sus alumnas, que estallan en llantos histéricos”, la retirada de los crucifijos de las aulas. Para solventar la cuestión la maestra propone una solución salomónica: “dejar el crucifijo durante las clases y retirarlo cuando las niñas marchen”.

Quizá pueda parecernos anecdóticas o exageradas tales reacciones, pero visto con los ojos de la sociedad de la época es algo de vital transcendencia, ya que hasta ese momento, la Iglesia católica y la religión dominaban la escena educativa y ejercían un férreo control ideológico. Por tanto, el choque contra el estamento eclesiástico y la sociedad conservadora fue brutal.

Este cambio educativo afectará de manera radical a la mujer. Ya la Constitución de 1931 había establecido la equiparación jurídica y legal entre hombres y mujeres, el matrimonio civil y, posteriormente, el sufragio universal femenino y el divorcio. Como consecuencia, la mujer accede a la educación y al mundo laboral, reflejándose en una mayor presencia femenina en los espacios públicos y en la política. Las maestras republicanas van a encarnar ese modelo de mujeres instruidas, modernas e independientes que las convertirán en adalides de la conquista de los derechos de las mujeres. Es ahora cuando surgen figuras tan relevantes como: María de Maeztu, Clara Campoamor, Victoria Kent o Federica Monseny.
Pero el sueño republicano de una España más igualitaria y de ciudadanos libres se quiebra y entra en una espiral de violencia con el estallido de la Guerra Civil. La guerra avanza como un monstruo que lo devora todo, que desata los miedos al “quintacolumnismo”, los odios ancestrales e incluso los rencores vecinales. 

  El choque entre las llamadas “dos Españas” va a llenar las cárceles de presos políticos y las cunetas de víctimas de asesinatos fratricidas por ambos “bandos”. Como dice el maestro interpretado por Fernando Fernán Gómez en la “Lengua de las Mariposas”: “el odio, la crueldad, eso es el infierno. A veces, el infierno somos nosotros mismos”.

En Caudete, zona republicana, con el estallido de la guerra, se produjo uno de los episodios más violentos de nuestra historia local con los asesinatos recogidos en el Archivo Histórico Nacional en el expediente denominado “La causa general de Caudete”. Un documento que incluye una relación de vecinos desaparecidos o asesinados (54), así como una serie de testimonios sobre torturas, incendios y saqueos a edificios privados y religiosos.

    También aparecen señaladas las personas sospechosas de participar en el crimen: en su mayoría “El Comité Rojo Nacional con su guardia” (siempre según las supuestas investigaciones franquistas). Las víctimas son vecinos de la localidad de muy diferente oficio o rango social: comerciantes, militares, agricultores, Guardia Civil y religiosos, junto con dos maestros: Aurelio Ruiz Alcázar y Cecilia Serrano Díaz.
En la “España Nacional”, la represión contra los maestros republicanos, dentro del programa de limpieza ideológica y doctrinaria, se estructuró en dos fases: la primera comienza casi desde el mismo día del golpe militar, con la publicación del “Decreto de 8 de noviembre del 36”, de manera que todos los funcionarios y profesores quedan excluidos del servicio automáticamente y para poder ser readmitidos deben someterse a un expediente de depuración.

 En esta fase las directrices de la purga la ejercen los militares, siendo, por tanto la más cruenta, con asesinatos por parte de escuadras falangistas. Ya en una segunda fase se constituye el Ministerio de Educación Nacional, que va a gestionar, a través de las Comisiones Depuradoras Provinciales, todo el proceso. 

  Un proceso durísimo, humillante y ultrajante para estos maestros que van a ser considerados por los franquistas como la matriz del “peligroso movimiento revolucionario”. Por lo que, para acabar con el ideario republicano, había que actuar de raíz y toda la intelectualidad española va a verse sometida a la censura y la represión.

Fue una venganza organizada, un castigo ejemplarizante, con un proceso en el que se pedían testimonios al Alcalde, al cura, a la Guardia Civil y a vecinos del pueblo sobre el docente en cuestión: “¿qué hacía antes y después del 18 de julio, como había recibido el Alzamiento y cuáles eran su afiliaciones políticas y sindicales?” y, lo más duro, tenía que delatar a otros compañeros “rojos”.

El castigo podía ser: traslado forzoso, suspensión de empleo y sueldo, separación definitiva o ejecución. En cuanto a esto último, no se pueden establecer cifras para todo el territorio, pero sí que sabemos que la mayoría se produjeron durante el inicio de la guerra. En Caudete se puede solicitar información sobre 13 expedientes de maestros depurados a través del Portal de Víctimas de la Guerra Civil.
Finalmente, el proceso culminaba con un curso obligatorio que inculcaba a la nueva comunidad educativa los valores del régimen dictatorial que se estaba construyendo y que tenían al catolicismo más retrógrado y reaccionario y a la propia figura ensalzada del Generalísimo como los protagonistas del ideario pedagógico.

El paso a regirse por los preceptos católicos suponía el fin de una escuela moderna e innovadora. El sentido patriótico y religioso conformó el contenido de los libros de texto siendo la mujer la gran víctima del nuevo programa doctrinal. Tenía que volver a su “lugar natural, al hogar” como amante hija, esposa y madre que va transmitir a su progenie los nuevos valores nacionalistas.

 La Historia se convirtió en un instrumento más de toda esa manipulación, una asignatura clave para el adoctrinamiento de los alumnos. Como ejemplo, he extraído algunas de las aberraciones históricas de libros de texto de la época:

            *Sobre la proclamación de la II República: “era una época en la que no se respetaban las leyes, se asaltaban bancos en pleno día y se asesinaban por las calles impunemente a los verdaderos patriotas”.
            *Se habla de la “Grandeza de España”: se expone que “comprende los reinados de los Reyes Católicos, Carlos I y Felipe II. Después comenzará la decadencia, sobre todo por la introducción en nuestra Patria de ideas extranjeras”.

            *O que durante el reinado de los Reyes Católicos: “ambos esposos estipularon que firmarían por igual los documentos y adoptarían el lema de Tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando”.

En definitiva, de aquellos polvos vienen estos lodos……

Firmado: Carmen M Tomás Ortuño

* Agradecer la amabilidad, ayuda y total disposición de la Archivera Municipal de Caudete  para la elaboración de este artículo)



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