Pasados varios días desde el término de las últimas Elecciones Legislativas me sigo haciendo las idénticas preguntas que me hice al finalizar los penúltimos comicios:
¿Cómo es posible que una monja vaticana que hace de la moral su ejercicio de vida, pueda votar por un personaje como Silvio Berlusconi, señalado por su incapacidad para marcar grandes distancias personales con proxenetas, mafiosos, traficantes y extorsionadores?... ¿Cuáles son las razones que hacen que un campesino humilde de algún valle de Colombia, vote arrobado por un Presidente vinculado a los paramilitares y el narcotráfico, dando su apoyo a un modelo de sociedad donde, necesariamente, el campesino y los suyos deberán seguir sufriendo las desigualdades y con mucha probabilidad serán desplazados?...
....¿Cómo se explica que con la crisis actual del capitalismo, la más grave desde el crac del 1.929, en vez de crecer las expectativas revolucionarias, se verifique el aumento en los Parlamentos de posiciones fascistas?...¿Por qué los votantes y militantes de la derecha son más amables y comprensivos con la corrupción y las mentiras de sus dirigentes y gobernantes que la izquierda?...
....¿Cómo es posible que la mitad de la población de un país sumido en la pobreza se haga invisible para el resto?...¿Cómo es posible que, siendo la Nación algo superior a cualquier otra cuestión, los que hacen de la patria su principal discurso odien a todos los connacionales que no piensan como ellos, poniendo al nacionalismo –la idea- por encima de la nación –el sustantivo-
.....¿Por qué las cosas que son preferidas para la vida individual, tales como la amistad, el amor, la confianza, el respeto, la empatía, la solidaridad o la reciprocidad se rechazan como válidas para ordenar la vida colectiva? Podríamos ensayar una maniobra de distracción y recurrir a Groucho Marx y decir: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”. Cuando caer en la escala social es algo probable en los tiempos actuales, distanciarse de los fracasados es una opción. Otra, organizarse. Odiar es siempre más sencillo.
Parece que todas las ideologías han caído en un viejo baúl apolillado. Los intentos de seguir diferenciando entre derecha e izquierda son viajes que precisan pocas alforjas. Sobre todo, porque los partidos socialdemócratas, que se decían de izquierdas, asumieron hacer políticas propias de la derecha. También, porque la derecha empezó a decir que eran liberales cuando los comunistas empezaron a decir que ellos eran los verdaderos socialistas.
Fue entonces cuando los de centro empezaron a decir que eran de centro-izquierda o de centro-derecha, lo que llevó a que otros dijeran que eran de centro-centro y así en una espiral inagotable. Sólo los anarquistas parecen seguir en su sitio. No es extraño que todo lo novedoso en política –a derecha e izquierda- tenga tintes libertarios.
Igual que cuando no se sabe diferenciar entre el liberalismo (comprometido con limitar cualquier político) y el neoliberalismo (que no duda en usar con fuerza el poder político para construir una “sociedad de mercado” basada en la competencia). En la bandera donde ondea “Libertad, igualdad y fraternidad” caben todas y todos. En los presupuestos, las leyes, los beneficios y las plazas ya no es tan cierto y porque estar en un lado u otro de este eje ha dado sentido a mucha gente durante mucho tiempo.
Terminaré esta confusión de preguntas con las mismas dudas que el Sr. Serrat tenía en el año 1984, cuando compuso esta canción (en catalán) perteneciente al disco: Fa vint anys que tinc vint anys (Hace veinte años que tengo veinte años). El título de esta atemporal canción es: El món está ben girat (El mundo está al revés):
El mundo está al revés, refunfuña la abuela
con un cortejo de gallinas que ven llover maíz.
Mucha inquietud y demasiada prisa.
El demonio está contento.
Las cosas no duran nada,
y nada es lo que parece.
Al miedo, le llaman prudencia,
a los viejos, tercera edad,
al asilo, la residencia.
El mundo está al revés…
Dejado de la mano de Dios.
Los chiquillos ya no obedecen,
y la juventud ya no respeta.
Hay mucho que hacer, y poco trabajo.
Todo lo mangonean unos cuantos.
Se casan los curas por lo civil y por la iglesia,
los vecinos se desconocen,
se divorcian los casados, y los divorciados reinciden.
El mundo está al revés…
Levantarse es una aventura,
No sabe a nada la verdura y, la gente
hablando no se entiende.
Ahora las vacas paren sin haber estado con un toro.
Cuando conviene que llueva, no llueve,
cuando llueve , lo destroza todo.
En los paquetes de tabaco nos avisan de que no fumemos.
Nadie sabe lo que compra, nadie dice lo que vende.
El mundo está al revés…
Progresamos hacia la tumba.
Con lo que se gastan en bombas,
podrían matar el hambre.
Han llegado a la luna, pero apenas salen setas.
Estamos en un mundo de botones,
que no sabemos cómo funcionan.
Refunfuña la abuela, mientras arroja un puñado
De maíz a las gallinas.
Que el mundo está al revés….
POSDATA: Las debidas gratitudes al Sr. Serrat, al Sr. Monedero, al Sr. Zarzalejos y al Sr. Anguita por inspirarme y poder transcribir sus ideas en este escrito.
Joan Bautista Humet: "A veces siento que tengo suerte...."
Humet (1950-2008) es un cantautor nacido en Navarrés (Valencia)
que hizo toda su carrrera artística en Cataluña.
Estuvo casado con una caudetana que fue Reina de Fiestas en 1975,
hija de un empresario del yeso: "El Chorla"
Empezó a estudiar Arquitectura en Barcelona.
Pero, la música y el arte de Joan Manuel Serrat cambian
su vocación convirtiéndose en un cantautor con estilo propio
que componía sus propias canciones.
Con 18 años canta por primera vez en un Teatro de Tarrasa junto a Serrat.
"Clara" fue una de sus canciones más conocidas.
Moría un 30 de noviembre del 2008, víctima de un cáncer de estomago
que le habían diagnosticado año y medio antes.....
No hay comentarios:
Publicar un comentario